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sábado, 8 de enero de 2011

¿Qué ocurrió en Tunguska en 1908?

En la mañana del 30 de junio de 1908 una gran bola de fuego se abrió paso por los cielos de Tunguska, en una zona cerca del río Podkamennaya en Siberia, Rusia. Seguidamente se produjo una explosión equivalente a una bomba termonuclear de 30 megatones.


Según los testigos, en su mayoría de la población tungus —la etnia local nómada de origen mongol dedicada al pastoreo de renos— que lo vio caer, «brillaba como el Sol». Pero no fueron los únicos testigos del suceso.

La explosión fue detectada por numerosas estaciones sismográficas y hasta por una estación barográfica en el Reino Unido debido a las fluctuaciones en la presión atmosférica que produjo. Incendió y derribó árboles en un área de 2150 km², rompiendo ventanas y haciendo caer a la gente al suelo a 400 km de distancia. Durante varios días, las noches eran tan brillantes en partes de Rusia y Europa que se podía leer tras la puesta de sol sin necesidad de luz artificial.



En los Estados Unidos, los observatorios del Monte Wilson y el Astrofísico del Smithsonian observaron una reducción en la transparencia atmosférica de varios meses de duración, en lo que se considera el primer indicio de este tipo asociado a explosiones de alta potencia.

Informes del distrito de Kansk (a 600 km del impacto), describieron sucesos tales como barqueros precipitados al agua y caballos derribados por la onda de choque, mientras las casas temblaban y en los estantes los objetos de loza se rompían. El maquinista del ferrocarril Transiberiano detuvo su tren temiendo un descarrilamiento, al notar que vibraban tanto los vagones como los rieles.


Los supervivientes de la zona afectada por la explosión la describieron como un hongo gigante que se elevaba por los aires. Los animales huyeron, y las tiendas de los tunguses ubicadas a más de 50 km de distancia volaron por los aires.

Se han barajado multitud de hipótesis sobre el suceso, pero la más acertada es que fue el impacto de un cometa, en concreto un fragmento del cometa Encke que en ese momento se encontraba muy cerca de la Tierra y cuya lluvia de estrellas se pudo observar la noche antes.


El bólido, de unos 80 m de diámetro, afortunadamente detonó en el aire a unos 8 km de altura, sin llegar a tocar el suelo. Compuesto de polvo y hielo se desintegró totalmente por lo que no han quedado rastros en la superficie terrestre que puedan ser estudiados. Si hubiera detonado en una zona habitada habría producido una masacre de enormes dimensiones.

4 comentarios:

  1. Señorita Caballero, este artículo me ha impactado, principalmente por su última imagen ¡Gracias!

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  2. Si hubiera sido en una zona poblada entonces, seguramente, hasta sabríamos que pasó. Entre otras cosas, porque aunque dejó todas estas huellas, incluso a miles de kilómetros, en el resto del mundo nadie supo nada hasta 20 años después. La gran explosión se creía, hasta entonces, una leyenda Tungus. De echo estos pensaban que había sido el ataque de un Dios encolerizado.

    Actualmente está de moda hacer pesca en las aguas de los rios de la zona, para capturar siluros de tamaño descomunal. Solo para multimillonarios rusos :P

    Por el resto, muy buen artículo.

    Un saludo.

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  3. Hola Zenda.
    Durante mucho tiempo corrían ríos de tinta con rumores de todo tipo, hasta se decía que era cosa de estraterrestres. La verdad que, en aquel tiempo, algo de esa magnitud daba juego para todo tipo de hipótesis, y más cuando no se sabía nada con seguridad de lo sucedido.
    Un abrazo

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