sábado, 18 de septiembre de 2010

Hawking o la Eternidad

En alguna ocasión todos nos hemos preguntado qué es el Universo, qué sentido tiene que exista o cómo es que hemos llegado a hacernos estas preguntas, y nuestras reacciones nos han dividido en dos grandes grupos. Los que se han visto superados por su inmensidad y complejidad y han preferido dejarle semejante entelequia a la divinidad. Y los que igualmente se han visto superados por su inmensidad y complejidad pero han preferido no pensar más en ello y centrarse en cuestiones más mundanas como el trabajo, la familia, los amigos, la política, los deportes, la moda... Sea como sea, ambos grupos se han cerrado en un círculo muy pequeño, nuestra pequeña esfera de protección ante algo que somos capaces de ver, pero no comprender.

Pero de vez en cuando de entre nosotros, surge algún valiente con una mente privilegiada, que se aventura sin miedo en ese Universo que nos rodea más allá de nuestro pequeño mundo. Son los grandes genios de la humanidad. Los que nos han llevado hasta aquí. Unos pocos escogidos capaces de desvelarnos los secretos del Cosmos.

A todos nos vienen a la mente nombres como Aristóteles, Newton, Einstein, Tesla, Gauss, Fermat, Séneca, Pitágoras, Galileo, Sócrates, Penrose, Da Vinci, Curie, De Pauli, Fermi… todos ellos consagrados en el pasado. Pero ¿Y el presente? ¿Existe alguna mente contemporánea que ya se haya ganado un puesto en la eternidad? Probablemente sea Stephen William Hawking.




Hawking nació el 8 de enero de 1942 en Oxford, Inglaterra en plena segunda guerra mundial. Es físico, cosmólogo y divulgador científico. Miembro de la Real Sociedad de Londres, de la Academia Pontificia de las Ciencias y de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Fue titular de la Cátedra Lucasiana de Matemáticas (Lucasian Chair of Mathematics) de la Universidad de Cambridge hasta su jubilación en 2009. Entre las numerosas distinciones que le han sido concedidas, Hawking ha sido honrado con doce doctorados honoris causa y ha sido galardonado con la Orden del Imperio Británico (grado BCE) en 1982, con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1989 y con la Medalla Copley en 2006.

Todo apunta a uno más de los científicos brillantes de nuestra era si no fuera porque en 1963 a la edad de 21 años, le fue diagnosticada una enfermedad degenerativa, la esclerosis lateral amiotrófica o enfermedad de Lou Gehrig. Su estado se deterioró rápidamente y los médicos le pronosticaron que no viviría lo suficiente para acabar su doctorado, apenas unos meses. Sin embargo Hawking dijo:

"Aunque había una nube sobre mi futuro, descubrí para mi sorpresa que estaba disfrutando la vida en el presente más de lo que lo había hecho antes. Empecé a avanzar en mi investigación"

Siguió su investigación porque encontró el estímulo de conocer a una chica con la que quería casarse y se dio cuenta que tenía que acabar su doctorado para conseguir un mejor trabajo.

"Por lo tanto comencé a trabajar por primera vez en mi vida. Para mi sorpresa descubrí que me gustaba"




Tras acabar su doctorado en 1966, Hawking consiguió una beca en Cambridge. Al principio, su trabajo fue de investigador, pero más tarde se convirtió en profesor. En 1973, dejó el Instituto de Astronomía y se unió al Departamento de Matemáticas Aplicadas y Física Teórica en Cambridge. Fue Profesor de Física Gravitacional en Cambridge en 1977 y en 1979 fue nombrado Catedrático Lucasiano de Matemáticas en Cambridge; la misma cátedra que ocupó Newton; honor también compartido por Dirac.

Y mientras tanto su cuerpo seguía deteriorándose. Su mayor temor era que llegara un punto en el que no pudiera comunicar al mundo sus descubrimientos, pero siguió adelante.

Entre 1965 y 1970, Hawking trabajó en concreto en la Teoría General de la Relatividad ideando nuevas técnicas matemáticas para estudiarla. Gran parte de su trabajo lo hizo en colaboración con Roger Penrose. Desde 1970, Hawking empezó a aplicar sus ideas previas al estudio de los agujeros negros y descubrió una propiedad notable: usando la Teoría Cuántica y la Relatividad General fue capaz de demostrar que los agujeros negros pueden emitir radiación. La Radiación Hawking.




Otro éxito notable de Hawking fue su propuesta de una topología "sin fronteras" del Universo formulada en 1983 junto a Jim Hartle. Hawking lo explica así:

"Que tanto el tiempo como el espacio son finitos en extensión, pero no tienen ningún límite o borde. ... no habría distinciones y las leyes de la ciencia se sostendrían por todas partes, incluyendo el principio del universo"

Ya en 1982, Hawking decide escribir un libro divulgativo de Cosmología: "Breve Historia del Tiempo". Sin embargo, Hawking sufre otro ataque:

"Yo estaba en Ginebra, en el CERN, el gran acelerador de partículas, en el verano de 1985... Cogí una pulmonía y pronto fui al hospital. El hospital de Ginebra sugirió a mi esposa que no merecía la pena mantenerme vivo conectado a una máquina. Pero ella en ningún caso aceptó eso. Regresé al Hospital de Addenbrooke en Cambridge, donde un cirujano llamado Roger Grey me realizó una traqueotomía. Aquella operación salvó mi vida, pero se llevó mi voz..."

A Hawking se le proporcionó un sistema informático para permitir que tuviese una voz electrónica basado en figuras geométricas e impulsos de un dedo de su mano, y finalmente en 1988 se publicó "Una Breve Historia del Tiempo". El libro batió récords de ventas de una forma difícil de predecir y lo consagró como divulgador científico. Posteriormente publicó la continuación de dicha obra titulada El Universo en una Cáscara de Nuez”.




En una ocasión llegó a decir que había descubierto cosas para las que no existían palabras en ningún idioma conocido y debido a su estado le era prácticamente imposible intentar explicarlas, por lo que se perderán en el tiempo junto con él.

El 20 de abril de 2009 se informó que Hawking había sido internado "muy enfermo" en un hospital de Cambridge. Padecía una neumonía que lo llevó de nuevo entre la vida y la muerte, pero durante el tiempo que estuvo ingresado resolvió la Teoría de la Información de los Agujeros Negros y regresó de nuevo a su casa.

¿Es este un claro ejemplo del poder de la mente sobre el cuerpo? ¿Ha sido quizá su concentración en tan colosal trabajo mental, su valentía al enfrentarse al Universo, lo que lo ha mantenido con vida 48 años después de que lo desahuciaran? Sea como sea, Hawking se ha ganado un puesto en la Eternidad ante nuestros ojos.

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