Esa fue mi primera impresión, semejante disparate contradecía todo en lo que creía. Y es que en ese momento estaba en la primera fase de enamoramiento de la Física y apenas empezaba a comprender la Física Clásica torpemente.
El principio de incertidumbre postula que, a escalas muy pequeñas, a nivel de partículas, es imposible saber con precisión y al mismo tiempo, la posición de una partícula y su velocidad (y masa ya que depende de la velocidad). Ya que cuanto más intentamos determinar su posición, más alejamos la posibilidad de conocer su cantidad de movimiento y viceversa.
A priori, este razonamiento se contradice con la determinación de la Física Clásica y cuesta creer que Einstein entre muchos otros, estuviera tan equivocado. Y es que lo primero que aprendemos de la física es que es determinista. Si algo me gustó de ella cuando empecé a conocerla era su determinación, su capacidad de aseverar postulados sin despeinarse, su búsqueda de la verdad sin medias tintas. Y parece ser que en Cuántica el blanco y el negro no existen, y en su lugar hay un amplio abanico de posibilidades. Pero, ¿por qué sucede esto?
La Física Clásica habla de que el momento actual de un sistema cerrado, determina indiscutiblemente su estado en el futuro. Y de hecho, es tan irrefutable, que enviamos naves a planetas lejanos de nuestro Sistema Solar prediciendo dónde y cuándo alcanzarán su objetivo dentro de varios años. Y funciona, -siempre que hagamos bien los cálculos- ¡Pero funciona! Sabemos exactamente dónde se encontrará Neptuno dentro de 30 años el 29 de agosto a las 16:00h. Y sabemos qué velocidad, qué cantidad de movimiento lineal estará empleando para desplazarse. No es de extrañar que nos cueste comprender la Cuántica, que contradice todo eso al reducir la observación a nivel de partículas.
Es
decir, podemos saber dónde y cuándo estará Neptuno en cualquier momento, pero
no podemos obtener la misma información de cada una de las partículas que lo
componen. En su defecto, la Cuántica nos dice que usemos una indeterminación y
nos muestra un abanico de posibilidades entre las cuales se encuentra el
momento y la posición de cada partícula de Neptuno, pero no nos dice dónde ni
cuándo exactamente. Es lo que se llama una función
de onda.
Parece
ser que como siempre, son los grandes genios de nuestro tiempo los encargados
de darnos pistas de cómo afrontar estas contradicciones. Y ha sido Stephen Hawking el que me dio una
pista de cómo afrontarlo sin perder mi credibilidad ni en la Física Clásica ni en
la Cuántica.
Según
Hawking, la Física Cuántica sí es determinista en sí misma tal y como lo es la Física
Clásica, pero cabría la posibilidad de que toda esta aparente indeterminación
se deba a que en realidad no existen las posiciones y velocidades de las
partículas, sino que lo que existe, son ondas que vibran en constante
movimiento y cambio. Al intentar ajustar dichas ondas a nuestras ideas
preconcebidas de posiciones y velocidades absolutas, causaríamos nosotros
mismos una indeterminación, dando como resultado un montón de probabilidades.
Así que, el tan odiado Principio
de Incertidumbre tal vez debería ser sustituido por una Determinación Cuántica Aleatoria en Función
de la Onda, ¿No? J
Partiendo de la premisa que aprobé física de sexto de bachiller a la quinta y porque se había acabado el plan de estudios franquista, dicho esto, lo que nos cuentas me supera, no me desasnaron lo suficiente, jaja.
ResponderEliminarUn beso
Muy muy muy interesante.
ResponderEliminarSería posible que el ser humano tenga limitaciones para imaginar tanto a la vez, limitación de consciencia.
Al Cerezo le pasa lo mismo cuando ve a una persona.
Supieras que la indeterminación es precisamente lo que a mí me fascina de la física cuántica, bueno, lo poco que sé de ella. Saludos.
ResponderEliminarAleatoria, un adjetivo para Determinacion un poco contradictorio, aunque un punto de vista interesante. Jose Perez
ResponderEliminarOye ¨Zenda¨, ¨todo¨ esto es muy interesante y me gustaría saber cuál libro fué el qué leíste ???, me gustaría también leerlo. Gracias.... c: !!!
ResponderEliminarSe leyo, como mucho, un articulo de la Muy Interesante.
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