Existen muchas teorías sobre el origen de nuestro Sistema Solar, desde el Creacionismo religioso que algunas Universidades americanas aún imparten, pasando por las teorías de la Grecia antigua basadas en las armonías geométricas de los pitagóricos y el Cosmos geocéntrico y eterno de Aristóteles, hasta llegar a la Teoría de Acumulación propuesta por Emanuel Swedenborg 1775 y posteriormente por Laplace 1796. Más recientemente la teoría ha sido perfeccionada en 1969 por Victor S. Safronov del Instituto de Geofísica aplicada de Moscú y avalada por la comunidad científica.
Con la llegada de la era espacial ahora sabemos que nuestros orígenes fueron caóticos. La teoría de la Nebulosa Planetaria ó de Acumulación, propone que una nube de gas y polvo (Hidrógeno y Helio principalmente) de algunos años luz de diámetro, se encontró con los restos de una Supernova (que proporcionó los elementos pesados: Hierro, Oxígeno, Carbono, Silicio, Azufre, etc…) fruto de la explosión de una estrella muy masiva anterior a la nuestra hace aproximadamente de 4.600 a 5.000 millones de años. Y ahí empezó todo.
El Sistema Solar interior
Imagina una nube de polvo cósmico no más denso que el humo de un cigarrillo que debido al colapso gravitacional dio lugar a la concentración del mismo. En el centro de la nebulosa el colapso gravitatorio fue más intenso formando lo que sería la Nebulosa Protosolar. La conservación del momento angular la hizo girar mucho más rápido en el centro que en las zonas exteriores y la temperatura aumentó debido a esa velocidad cada vez mayor en su giro. Mientras que alrededor, el colapso gravitacional iría formando cúmulos rocosos cada vez más grandes hasta alcanzar el tamaño de montañas. Estas montañas incandescentes seguirían chocando unas contra otras uniéndose en cuerpos cada vez más grandes.
Mientras, en la zona central se llegó a un punto crítico de temperatura y densidad, y el Sol comenzó su reacción de fusión con una explosión que limpió los restos de polvo y gas expulsándolos hacia el exterior, dejando solamente los cuerpos más grandes y pesados en el Sistema Solar interior.
Un poco más lejos, se formaron los planetas gaseosos debido a que la temperatura era más fría y no fusionó el gas y el polvo compactándolos, sino que permanecieron casi en su estado natural formando planetas con un núcleo de hielo en las partes más lejanas (Urano, Neptuno) y con un núcleo posiblemente rocoso en los gigantes Júpiter y Saturno que a su vez, acumularon muchos más materiales gaseosos que el resto.
Discos protoplanetarios de la Nebulosa de Orión
El Cinturón de Asteroides
De acuerdo con la hipótesis de la nebulosa planetaria, el cinturón de asteroides inicialmente contenía más que suficiente materia para formar un planeta, y, efectivamente, un gran número de planetesimales se formó ahí. Sin embargo, Júpiter se formó antes de que un planeta pudiera formarse de esos planetesimales. Debido a su gran masa generó resonancias orbitales que lo impidieron, dejando un cinturón de asteroides entre Marte y el propio Júpiter. Otras teorías apuntan a que sí hubo un planeta y se destruyó en un gran impacto.
El cinturón de Kuiper
Más allá de Neptuno se encuentra una zona denominada cinturón de Kuiper (aunque es más bien una esfera) que rodea el Sistema Solar y está formado por restos helados. En los últimos años se han descubierto gran cantidad de planetas enanos de tamaño más que considerable y parece ser que Plutón solamente es uno más de ellos. Todos estos planetas enanos tienen la característica de tener una órbita muy elíptica y realizarla en un plano muy distinto al resto de planetas. Los más significativos y ordenados de mayor a menor son: Eris, Plutón, Makemake, Haumea, Sedna, Orcus, Quaoar y Varuna.
Evolución del Sistema Solar
Originariamente se creía que los planetas se formaron en las órbitas actuales tal como los vemos ahora, pero actualmente se cree que eran 5 los planetas rocosos interiores, el Sistema Solar exterior era mucho más compacto que ahora y el cinturón de Kuiper se encontraba más adentro de lo que se encuentra hoy. Además del impacto que formó la Luna (la Teoría Orfeo) y que dejó los 4 planetas interiores actuales, se cree que el sistema Plutón-Caronte fue resultado de una colisión entre objetos del cinturón de Kuiper.
También se cree que otros casos de lunas alrededor de asteroides y otros objetos del cinturón de Kuiper son el resultado de colisiones, como por ejemplo Haumea, que tiene la forma de una pelota de rugby debido a que da una vuelta sobre sí mismo en el increíble tiempo de sólo 4 horas, y todo apunta a un impacto. Venus rota al revés debido a un gran impacto que probablemente creó el efecto invernadero que lo envuelve hoy. Urano gira tumbado como lo haría un barril debido a otro gigantesco impacto. La Luna de Saturno Mimas que sólo tiene 397 km de diámetro, presenta en uno de sus lados un cráter de 130 km y se cree que es fruto del impacto de un cometa de 5 km. Dicho impacto fue tan fuerte que se pueden apreciar fracturas en el lado opuesto.
Originariamente se creía que los planetas se formaron en las órbitas actuales tal como los vemos ahora, pero actualmente se cree que eran 5 los planetas rocosos interiores, el Sistema Solar exterior era mucho más compacto que ahora y el cinturón de Kuiper se encontraba más adentro de lo que se encuentra hoy. Además del impacto que formó la Luna (la Teoría Orfeo) y que dejó los 4 planetas interiores actuales, se cree que el sistema Plutón-Caronte fue resultado de una colisión entre objetos del cinturón de Kuiper.
También se cree que otros casos de lunas alrededor de asteroides y otros objetos del cinturón de Kuiper son el resultado de colisiones, como por ejemplo Haumea, que tiene la forma de una pelota de rugby debido a que da una vuelta sobre sí mismo en el increíble tiempo de sólo 4 horas, y todo apunta a un impacto. Venus rota al revés debido a un gran impacto que probablemente creó el efecto invernadero que lo envuelve hoy. Urano gira tumbado como lo haría un barril debido a otro gigantesco impacto. La Luna de Saturno Mimas que sólo tiene 397 km de diámetro, presenta en uno de sus lados un cráter de 130 km y se cree que es fruto del impacto de un cometa de 5 km. Dicho impacto fue tan fuerte que se pueden apreciar fracturas en el lado opuesto.
Mimas
Más recientemente en 1994, hemos podido observar la colisión del cometa Shoemaker-Levy 9 contra Júpiter y tenemos huellas en nuestro propio planeta de otras colisiones, como el “Meteor Crater” en el estado americano de Arizona.
Nuestro nacimiento fue imprevisible, fortuito, salvaje. Somos polvo de estrellas, una muestra atómica del poder infinito del Universo. Hemos Nacido del Caos.
oye! de "nacidos del caos" nada uqe yo tengo papá y mamá y nos eparecen en nada a esas fotos...je,je,je,
ResponderEliminarPrueba el directorio cuando lean tu blog seguro que ponen la sección de ciencia.
un abrazo.
XDDDD Apu. Lo del directorio ya lo mandé y no sé nada :)
ResponderEliminarTardan un poco pero responden. Mira de poner el "bichito" en la barra lateral es lo único que solicitan sin ser obligatorio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Oye, qué mal!! mi texto anterior...¡tengo que cambiar de teclado o mirarme tres veces antes de envíar!
Pues a mi me gusta el titulo. Hasta creo que con "Nacidos del caos" bastaría.
ResponderEliminarLo que no quita, Apu, que yo también tenga papá y mamá. Me encanta tenerlos.
Un abrazo
Me encanta el caos...Es mi hábitat favorito, si no que se lo cuenten a mi madre cuando en época de exámenes pasaba por mi habitación...y sin exámenes. :)
ResponderEliminarYa me han respondido Apu :) Muchas gracias!
ResponderEliminarHola Javir, a mí también me gustaba más el título abreviado pero al final lo puse todo :) Un abrazo
ResponderEliminarXDDDDDD Merche, pues estás en el universo adecuado :) Un besote!
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